domingo, 29 de junio de 2014

Crímenes y pecados



"Todos nos enfrentamos en nuestras vidas con decisiones desesperantes, elecciones morales. Algunas son a gran escala. La mayoría de ellas son inferiores, pero nos definimos según las elecciones que tomamos. En verdad, somos la suma total de nuestras elecciones. Los eventos se desarrollan tan impredeciblemente, tan injustamente, que la alegría humana no parece haber sido incluida en el diseño de la creación. Solo somos nosotros con nuestra capacidad de amar los que le damos sentido al universo indiferente. Y sin embargo, la mayoría de los seres humanos parece tener la habilidad de seguir intentando, e incluso de encontrar la felicidad en las cosas sencillas, como su familia o su trabajo, y en la esperanza de que las futuras generaciones puedan comprenderlo mejor"


Final de Crimes and Misdemeanors de Woody Allen.

miércoles, 18 de junio de 2014

Los otros diez mandamientos


1. No estés absolutamente seguro de nada.
2. No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.
3. Nunca intentes oponerte al raciocinio, pues seguramente lo conseguirás.
4. Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.
5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.
6. No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.
7. No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas la ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.
8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más profundo que ésta.
9. Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.
10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, pues solo un necio puede pensar que eso es la felicidad.
Bertrand Russell.