lunes, 9 de marzo de 2009

Ninguna serpiente se muerde la cola


Para estar siempre feliz se aferraba a los recuerdos.
Para no perder recuerdos los guardaba en una cámara.
Para no perder la cámara la metía entre sus papeles.
Para no perder los papeles los embutía en una mochila.
No perdía la mochila: la llevaba en el automóvil.
A su vez al automóvil lo albergaba en el garaje.
El garaje no se movía: era parte de la casa.
La casa, con sus objetos, era base de la vida.
Un día, la casa ardió.
Para no perder la vida hizo lo que nadie haría: estar siempre feliz y sonreír sin descanso, sin fotos, sin papeles. Cubierto de cenizas pero atado al porvenir.

La ilustración es de una página delirante dedicada al Tarot y su simbología.

lunes, 2 de marzo de 2009

Supersueño

Soñé que mi carro se quemaba –sólo la mitad de atrás- porque lo había llenado de botellas de alcohol, tintes y cosas medio alquímicas y unos jardineros cerca lo habían cargado con las manos para estacionarlo mejor, provocando el desastre. Soñé que se aparecía Dani, ponía una agencia y se presentaba a todas las cuentas de la agencia en que trabajo. Soñé que un cliente tenía una tienda de embutidos y delicatessen y cortaba la corteza de los panes de molde poniendo las hogazas en una fila vertical, casi infinita, y pasándoles el cuchillo por los lados mientras me hablaba de la verdad. Soñé que Superman venía a Lima en visita promocional y yo le pedía soplar una botella y formar otra, una linda botella conmemorativa hecha con el supercalor de sus superojos en sus incombustibles supermanos. Empezaba a soñar que estaba inmensamente triste cuando el humo me despertó; oí un soplido, volví a dormir.