viernes, 26 de junio de 2009

Dos cintas rojas


Dos mujeres juntas,
un solo secreto.
Dos desesperanzas bajo un mismo techo.
Doble carcajada.
Dos que en soledad
no sienten nada.

Dos mujeres juntas,
guerra de sueños;
dos mujeres juntas,
mar de consejos.
Café
sin azúcar,
flores de papel
y abuelos sin nietos.

Cuando tiemblan cantan:
copas de vino.
Dos olas que chocan
y un remolino.
Una sola gota
atraviesa ardiente
sus dos caminos.

Dos princesas arden
bajo la aurora.
Comparten el aire
que las devora;
nubes que se estrellan
en pos de ese rayo
que las libera.

Dos mujeres juntas
no se sonrojan.
Hechas de coral
y cintas rojas
duermen abrazadas.
Mundo sin amor:
no sabes nada.
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Lo pensé para que lo recite Mara Sanz a su mejor amiga. La foto la saqué de este joyero online, ¡son accesorios contra el mal de ojo!

lunes, 22 de junio de 2009

Todo poema es pertinente


Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se estan yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre- ¡ que bueno !- han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.


Un poema insoportablemente bien escrito: Los amorosos, de Jaime Sabines.

viernes, 12 de junio de 2009

Ni tú siquiera


Ni cien mujeres ni diez mil suspiros
ni un millón de años
ni una gran tragedia
ni una muerte cruel
ni una mano inmensa
ni dioses ni monstruos
ni el amor de otros
ni el alcohol ni el viento
ni siquiera inefable la locura
tampoco tu desprecio
tus burlas afiladas
ni el odio de las brujas
que te amamantan te raptan te transforman
ni esas ratas negras que infectan tu cama
ni el silencio
las prisiones
el orgullo
ni el sol desintegrado en un millón
de tardes y de esperas
ni el karma o la miseria
ni la traición ni los hijos
ni el tormento

me lo dijo entre sueños un ángel
sonriente
ni las palabras
ni el vacío
ni la muerte.


Este texto mío va, creo, para una obra que estoy escribiendo, Mara Sanz. La foto del ángel de piedra es de Dean Palmer.

lunes, 8 de junio de 2009

Yola pienso.¿Tula bailas?

Polvo sin mundo


Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.

Un poema de Miguel Hernández. Una maravilla. De su Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)

sábado, 6 de junio de 2009

Ni ladra ni muerde


Donde he encontrado la mayor cantidad de animales domésticos disecados es en el mercado de pulgas de Santiago. Este lindo perro fue el primero que vi, y no agrego nada porque me está mirando. Voy a buscar más fotos.