martes, 5 de abril de 2011

Cerrado y dicho.


Te agradezco todo lo que me has dado.
Lo bendigo y te lo devuelvo con amor para que lo repartas, lo guardes, lo hagas fuego.
Prometo aprender del recuerdo del dolor, que es otro dolor en sí mismo.
Prometo recordar las sonrisas, los libros, las historias bien contadas.
Prometo llevarme las palabras de mis amigos, las canciones de mis hijas y los silencios de mi madre.
Prometo volver hecho pura energía para cuidar a mis hijas y a las mujeres que amé y me enseñaron que amar es sentir todo y no tener nada.
Las despedidas fueron lo más terrible. Aprendí que todo lo que me dabas era solo material de desecho, cosas regaladas para ser perdidas, recuerdos absurdos atados a una vida llena de sentido.
¿Volveré a ver amanecer? ¿Volveré a sentir alegría? ¿Volveré a querer?
Te devuelvo lo mejor porque me diste todo con cariño, Dios, hasta lo malo.
¿Pagué mis culpas? ¿Lloré creyendo que no merecía el dolor?
Te devuelvo todo menos las preguntas. Porque las dudas son mías, y me hacen puro, y a la vez que me hacen sufrir, me iluminan la sonrisa.
Vuelve a darme lo que quieras. Sé que el tiempo ha pasado para mí.


1 comentario:

Anónimo dijo...

ta bonito!