sábado, 15 de junio de 2013

Por el día del padre.



"--¡A propósito! --interrumpió el muñeco--. Todavía me falta algo para poder ir a la escuela: me falta lo más necesario.
--¿Qué es? 
--Me falta una cartilla. 
--Tienes razón. Pero, ¿de dónde la sacamos? 
--Pues sencillamente: se va a una librería y se compra. 
--¿Y el dinero? 
--Yo no lo tengo. 
--Ni yo tampoco --dijo el buen viejo con tristeza.

Y aunque Pinocho era un muchacho de natural muy alegre, se puso también triste; porque cuando la miseria es grande y verdadera, hasta los mismos niños la comprenden y la sienten.

--¡Paciencia! --gritó Gepeto al cabo de un rato, poniéndose en pie; y tomando su vieja chaqueta, llena de remiendos y zurcidos, salió rápidamente de la casa.

Poco tardó en volver, trayendo en la mano la cartilla para su hijito; pero ya no tenía chaqueta. Venía en mangas de camisa, aunque estaba nevando. 

--¿Y la chaqueta, papá?
--¡La he vendido!
--¿Por qué?
--¡Porque me daba calor!

Pinocho comprendió lo que había sucedido, y conmovido y con los ojos llenos de lágrimas, se abrazó al cuello de Gepeto y empezó a darle besos, muchos besos".

Pinocho, de Carlo Collodi. Final del capítulo VIII. 

Dibujos de Carlo Chiostri.

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