miércoles, 16 de septiembre de 2009

Dora es la libertad


No sé si publiqué este texto, que escribí para el programa de mano de la puesta de Las neurosis sexuales de nuestros padres, de Lukas Bärfuss. Lo comparto con quienes no la vieron. Wendy Vásquez estuvo inolvidable.


Cómo hablar de nosotros, hablarte de Dora y no decirte nada de la obra

Dora es la libertad. Dora es el deseo.
Está llena de rabia.
La fuerzan a cambiar.
Luego la liberan, como a Segismundo. Y una vez libre Dora hace lo mismo que Segismundo, lo mismo que nosotros, lo que en todos es posible menos en ella.
Mal, Dora, muy mal.
Tu libertad nos horroriza, como los espejos que nos condenan a repetirnos.
Tu vehemencia sin dueño se parece demasiado a nuestras pasiones y nuestras manías.
Tu locura nos deja mal porque es demasiado inteligente, retadora, inquisidora.
Dora es joven y por eso se cree capaz de hacerlo todo.
Dora es joven y por eso nos creemos capaces de hacerle todo.
Para parecer más sanos y maduros que ella.
Mal, nosotros, mal.
Dora es el amor. Ese amor universal que lo enciende en llamas todo.
Dora es la libertad y sólo se parece a la locura.
Dora es el deseo. Y al deseo nadie lo detiene.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El periódico: lectura esquizoide


Tengo que quitarme la costumbre de interesarme en todo. Hacer foco en una idea y no crear mil nuevas hasta que la primera florezca.
No tener mente de chef de restaurante famoso que cocina cien cosas a la vez. Pero leo El Comercio del domingo y enloquezco.
Qué baratas las memorias USB de 8 y 16 GB. Qué interesante la vida de Matthew Lukwiya, el médico jefe del Hospital Saint Mary de Uganda que combatió el ébola hasta morir contagiado. Qué maravilla las rosas que pinta Carmen Reátegui, al menos vistas en foto: habría que ver sus cuadros. Sillón de cuero: 583-1032. O un mueble de un ex trabajador de Canziani: 331-2341.
Boliviamar, espacio abandonado en Ilo ¿anuncia una guerra en Latinoamérica? ¿O lo hace la computadora del líder de las FARC?
Las máquinas de Edipesa. Mi posible libro infantil ilustrado. Los auriculares con bluetooth Motorola. Ejercicios. Una cerveza. Carne de avestruz. Demonios. Todo me importa.
La muestra en la Casa Wiese -Carabaya y Miró Quesada– y los 20 blogs más populares, y la historia del corsario Joris Spilbergen o Spitberg (1568-1620) o la foto de Camilo Sesto que se parece cada día más a Carlos Carlín, o viceversa. O la estatua de Mafalda en San Telmo o el cuadro de Santa Rosa de Francisco Laso. La historia de la hacienda San Agustín –cerca del Callao- contada por Elizabeth Lino Cornejo, The very best of El Alma de Lila Downs, canopy en Santa Teresa, Cusco... Rius en Lima, Proyecto Empleadas en El Galpón y los japoneses, siempre los japoneses, como Augusto Kague -dueño del restaurante Ah gusto del Callao- contando cómo en 1942 apresaron a su padre, lo llevaron con otros a Piura y luego lo despacharon a un campo de concentración en Estados Unidos. Y el Sudoku, y el crucigrama, y Felipe frente a Mafalda, como yo, incapaz de concentrarme.