El cuerpo es nuestra
herramienta de curación?
Yo era
enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma
enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.
Bueno, cada uno es cada
cual...
Exacto, mi
hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y
emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa
necesidad, hay una solución interior.
¿Eso es para usted la
enfermedad?
Sí, una
solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia
función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer,
pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se
produce un shock.
¿Nace el conflicto?
Sí, el
inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es
una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese
shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.
Póngame otro ejemplo.
Una persona
que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía
más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.
Pero tener prisa es
psicológico.
Todo lo que
captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que
vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en
realidad biológica.
¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una
solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy
desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy
importante que tener en cuenta.
Dígame.
El cerebro no
distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea
de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del
sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible
por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.
¿Realidad energética?
Somos una
unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral,
psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al
control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o
inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un
shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los
cuatro niveles biológicos.
¿Y es irreversible?
Cuando
encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente
tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La
primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no
estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito
estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.
A lo largo de un día no
satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las
satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo
una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va
bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo
será el último teatro de ese evento.
¿Todo conflicto provoca
enfermedad?
No, es
necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución.
Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la
biología.
¿Distintas emociones
corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo
que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el
esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de
territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos
corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los
desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a
problemas con la pareja y viceversa.
¿Estómago e intestino?
No tener lo
que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y
estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto
están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de
lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos:
grave conflicto de desvalorización...
¿Lo adecuado para estar
sano?
Revalorizar
las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar
más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones
procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad,
continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se
multiplica por dos.
La ira y la violencia se
expresan a sus anchas.
Un hombre tiene
miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando
estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos
con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que
tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia
de uno mismo.