domingo, 20 de marzo de 2011
Un poema de Pedro Salinas
¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el primer encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y solo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo;
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo, altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales:
es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara.
Y que lo más seguro es el adiós.
martes, 15 de marzo de 2011
Usted tiene un nuevo mensaje.
"EL DIA MUNDIAL DEL TEATRO se creó en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI).
El Día Mundial del Teatro se celebra anualmente el 27 de Marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional. Se organizan diversos eventos nacionales e internacionales para señalar la ocasión.
Uno de los más importantes es la circulación del Mensaje Internacional tradicionalmente escrito por una personalidad de teatro de talla mundial por invitación del Instituto Internacional del Teatro"
Este 2011 le tocó escribir el mensaje mundial a Jessica A. Kaahwa, teatrista de Uganda. Además, agrego, se crea cada año un mensaje nacional en el Perú que el año pasado escribió Alfonso Santistevan y este año me tocó a mí, a mucha honra.
A celebrarlo haciendo, sintiendo y pensando.
martes, 1 de marzo de 2011
Estoy a favor de que estés en contra.
Mi nombre es Carlos Galiano. Tengo 24 años. Como cualquier otro ciudadano, convivo por estas semanas con la agresión visual de los candidatos a la presidencia y al congreso de la república. Todos buscan un sitio en el aparato estatal –algunos con propósitos más nobles que otros- y desarrollan una “estrategia” publicitaria para lograr su cometido.
Hace algunos días, en medio de esta jungla de carteles, me detuve porque uno me llamó poderosamente la atención: Un chico de 25 años, José Pareja,está postulando al congreso por el partido “Fuerza 2011”, de Keiko Fujimori. El slogan de su campaña publicitaria: "la fuerza de la juventud". ¿La fuerza de la juventud? ¿Qué juventud? Este chico representa, en el mejor de los casos, a una juventud desinformada, timada y subestimada; en el peor, a una juventud convenida, arribista y desconsiderada. En ningún caso representa a la juventud. Ya es lo suficientemente vergonzoso que Keiko Fujimori quiera ser presidenta y que haya gente que la respalde, como para tolerar que además se pretenda sumar a la juventud a sus filas. Me niego.
Yo no conozco al joven Pareja, pero la idea de que se me relacione con él me produce indignación. Un joven de mi generación debe estar enterado de los sucesos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos; debe saber que ese gobierno trató a los miembros de toda una nación como unos minusválidos mentales; que puso en marcha una maquinaria de corrupción de tan alto nivel que seguiremos topándonos con tentáculos suyos por lo menos un par de décadas más, que el saldo dejado no es positivo por más que se haya “erradicado” el terrorismo (dato que no es cierto). Un joven de mi generación debe saber que es un hito importantísimo en nuestra historia que se haya juzgado a ambos señores y que hayan sido declarados culpables, porque significa que sus crímenes no han quedado impunes, porque significa que esos señores estaban equivocados y que nosotros no somos ningunos huevones. Todo eso debe saber un joven cualquiera de mi generación. Pero esta vez no me estoy refiriendo a un joven cualquiera, sino a José Pareja. ¿Quién es?Busqué información sobre él en internet y me di con la sorpresa de que es un joven abogado egresado recientemente de las canteras de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Un profesional preparado en una de las mejores universidades de su país decide incursionar en la política del mismo postulando a congresista de la república, y su mejor opción para hacerlo es desde la dinastía Fujimori. ¿Qué debemos entender por eso? Tenemos algunas opciones:
- Sabe muy poco de lo ocurrido durante el gobierno de Fujimori y de sus consecuencias, y le han creer que apoyar a Keiko es una buena opción.
- Sabe lo anterior pero no le interesa. Sólo quiere ser congresista y Keiko le dio la oportunidad de intentarlo desde su partido.
- Piensa que el gobierno de Fujimori tuvo un balance largamente favorable y que el país se merece repetir el plato de la mano de su hija. Así, sumarse a sus filas es un honor.
Cualquiera de estas opciones no califica como producto del discernimiento de un joven con educación superior y cuya profesión le debería haber hecho desarrollar un sentido de justicia y respeto.
Alguien que se maneje entre esas 3 posibilidades no es digno de ser representante de nada, y menos de la juventud, siempre llamada a ser la heroína por tener menos manchas que la senectud.
Yo soy joven y me indigna ver a José Pareja en numerosos carteles por toda la ciudad en los cuales se presenta como simpatizante de Keiko Fujimori y miembro de sus filas, y ostentando la fuerza de la juventud.
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Carta de un amigo, que por no tener blog, me pide publicarla y lo hago con gusto.