jueves, 24 de febrero de 2011

Notas que tomé en el cine en una postal de Nike

Cisne blanco del arte, tú me das el regalo de crear pero me obligas a morir pariendo. Me alegras y me quiebras, me bendices y me sajas en mitades y cuando te pido más me cobras la vida. Nadie se da cuenta. Sonrío, me peino, tiemblo con disimulo pero el frío de mi pecho lo quebranta tu rompehielos. Muero sonriendo. El artista es una madre que fallece al parir y susurra: alguien lo querrá, lo admirarán, lo mencionarán con amor y seré yo quien le doy la vida, el color, la armonía, el primer aire. Me muero dándole a otros lo mejor de mí, de este yo tan sucio, tan enfermo y tan triste.

Tú eres como yo. Bailas, pintas, escribes, cantas, te mueres. El odio y el egoísmo te hacen negarle todo a esa gente zafia que escupe mientras grita. La entrega y el amor propio te hacen brillar y volar en llamas hacia el vacío de sus ojos, de sus mentes, de su memoria. Es el cisne de luz el que crea mi sombra, el que me acerca a mi muerte, el que me reta, me insulta, me asusta para echarme a volar alto. El me corta las yemas de los dedos y clava trozos de espejo en mi corazón. Me odia y por eso se multiplica: es mi madre castradora, es mi rival del trabajo, soy yo misma despreciando mi reflejo. Es la muerte pero no me quiere muerta. Me quiere triunfadora, bella y feliz. Hay que tenerle miedo pero no hay que dejar de oírlo. Quien no tiene cisne blanco no ama, quien no tiene cisne negro no se eleva. Cisne blanco de la creación, Cisne negro de la muerte.

lunes, 21 de febrero de 2011

Y que los necios rebuznen.



Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931, al inaugurar una biblioteca.

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?.

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.


martes, 15 de febrero de 2011

José Antonio, encabalgando.


Palabras

Detrás del amor, las palabras oscuras,

y detrás del silencio, las palabras oscuras,

y detrás de tu cuerpo, las mismas palabras

oscuras como los días, tercas como los besos

disparados sin remordimiento, las palabras

que bajan, ríen, corren como lobos en celo

y destrozan tus cabellos, saltan

y no regresan, y se desparraman, o no llegan

y lanzan un grito estridente, sin dejar de ser oscuras,

y llenan de burbujas esta habitación,

hasta que locas se tienden donde el sueño las alcanza

y son para colgártelas al pie de la mañana,

limpias.



De Poemas no recogidos en libro de José Antonio Mazzotti, peruano; su primer libro, ganador de los Juegos Florales en San Marcos en 1980 y editado en 1981. En la foto -tomada del blog de Rocío Silva Santisteban- Mazzotti es el segundo de la izquierda.

sábado, 12 de febrero de 2011

26 años de la muerte de Julio Cortázar.


La foto salió movida.

Un cronopio va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos estan donde la llave, puede suceder que encuentre la biiletera llena de fósforos, y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del télefono llena de música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos de tranvías. Así es que este cronopio se aflige horriblenrente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo esta algo ladeado lo que ve es el paraguero del zaguán, y sus presunciones se confirman y estalla en sollozos, cae de rodillas y junta sus manecitas no sabe para que. Los famas vecinos acuden a consolarlo, y tambien las esperanzas, pero pasan horas antes de que el cronopio salga de su desesperación y acepte una taza de té, que mira y examina mucho antes de beber, no vaya a pasar que en vez de una taza de té sea un hormiguero o un libro de Samuel Smiles.

(De Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar. El dibujo es de Eddo).

miércoles, 9 de febrero de 2011

César Calvo, recordándote.

DAN LAS CAMPANAS TU RECUERDO EN PUNTO

Dan las campanas tu recuerdo en punto.

Afuera se pasean las dos de la mañana.

Nada pudo diciembre contra el semestre tuyo.
Nada el sol silencioso contra tu sombra hablada.
Desde el fondo de todo
lo que tengo,
me faltas.

Dan tu recuerdo en punto las campanas.
Y afuera se pasean,
de una
en una,
las dos
de la mañana.

Poemas bajo tierra, Lima 1960.