miércoles, 20 de junio de 2012

No mires por la ventana


Papá, soñé que Camila, tú y yo estábamos acá arrodillados en esta esquina de la sala mirando afuera por la ventana, y ahí afuera había un payaso que Camila había invocado, un payaso gigante, GI-GAN-TE, con unos brazos larguísimos que se movían así –mueve los brazos- y nos espantaba, y de repente Camila me dice:
-No sé tú, pero en tres segundos me iré corriendo de aquí.
Y yo quería decirle que también, claro, iba a correr, ¡pero no podía parar de tomarle fotos con mi iPod! Y de repente me di cuenta y le contesté:
-Quiero correr pero no tengo el papelito.
Y es que para correr necesitábamos un papelito con la foto de alguien famoso que yo no había conseguido. Y luego, cuando apareció otro payaso más chico pero también enorme y con unos ojos rojos horribles y quiso jalarme, me desperté. Me volví a dormir y estaba en una biblioteca con una amiga y de repente, cuando trataba de bajar uno, todos los libros se caían sobre mí y yo estiraba los brazos y los detenía pero uno grande golpeaba el suelo y la bibliotecaria decía:
-¿Qué pasa?
-Nada, le dije yo, nada.
-Pues ese libro tienes que pagarlo, me gritó, y yo le pregunté cuánto valía y me respondió: ¡350 soles!
-No puedo, le dije, no lo voy a pagar, solamente se ha caído.
Pero ella insistía en que pague y encima era un libro que tú, papá, habías escrito. Mi amiga tenía tres soles cincuenta y yo cero, como te imaginarás. Y después de pelear con las dos bibliotecarias una de ellos me dijo:
-Te exijo que pagues el libro este 31 de junio.
Entonces yo sonreí y me fui caminando contenta, calladita. Y me desperté. He soñado un montón de cosas. ¿Has visto mi iPod? Quiero enseñarte las fotos del payaso.
  

martes, 12 de junio de 2012

No recuerdo el nombre de tu hermana.


El se acerca a la ventanilla de mi auto, a la salida de la oficina, y me pregunta si lo puedo jalar.
Claro, le digo, sube.
Es el encargado de logística. Tenemos años trabajando juntos y nunca hemos conversado más de un par de minutos.
Hablamos tonterías. Generalidades. Qué loco está el clima, digo yo. Qué rápido se ha pasado el mes de mayo, al toque ha llegado junio, me dice él.
Yo le hablo del frío. El me habla del tráfico.Yo le digo que tengo varias rutas y que puedo llevarlo por donde le convenga.El me dice que le toma dos horas y media llegar a su casa en Nueva Esperanza, ¿conoce Nueva Esperanza?
Me explica cómo llegar. Le hablo de cualquier cosa y él me vuelve a decir que mayo ha pasado volando. Pienso en responderle eso ya me lo dijiste pero él agrega con énfasis: ha sido terrible mayo para mí. Terrible. Mi hermana querida falleció este mayo en un accidente.
 Qué triste, le digo, agobiado por el dolor que de pronto nos inunda a los dos dentro del carro.
Un accidente en la carretera, dice, regresando a Huancavelica. Vino a Lima y al volver…
Hace una pausa y agrega, sin tono: Vino para mi santo. Mi cumpleaños es en mayo y vino y justo regresando…
Hace otra pausa y después me dice el nombre completo de su hermana, ¿salió en los periódicos, no vio?
Pienso que debe sentirse culpable y antes de que lo diga –no se lo iba a decir- él agrega: me he sentido culpable, señor, he tenido una pena así, inmensa, y he pensado que ha sido todo por mi culpa.
No puede ser, le digo, un accidente no es culpa de nadie, y si lo fuera sería del chofer, de los que no mantienen las pistas, de…
Me callo. El continúa: yo la había llamado para que venga a mi santo, no te veo hace tiempo, le dije, ven para celebrar juntos y ella me contestó que iba a ver si podía, que no me aseguraba. Y de pronto se apareció y me dijo cómo no voy a venir, hermanito, con lo mucho que te quiero no iba a faltar pues, y después se regresó de golpe a los dos días, se fue a la terminal de Yerbateros y ahí agarró su carro, una station wagon. Me llama y me cuenta que ya está en camino y yo le digo avisa cuando llegues a Huancavelica. Y bueno, así hasta que a la una de la mañana suena el teléfono y veo en mi celular el nombre de ella y… 
Yo había estado angustiado por las puras, señor, me dijo, el cuerpo, el alma avisa, había estado preocupado sin razón, cuidando a mis hijos, recomendando a mi esposa que no se arriesgue, así como nervioso sin explicación, y cuando sonó el teléfono y vi su nombre y escuché que me hablaba una voz de hombre pensé que había pasado algo feo, esto era, dije, y el hombre me preguntó si yo era pariente de--- ahí él me repitió el nombre de su hermana y ahora que escribo esto me doy cuenta de que simplemente no lo recuerdo. Sí, les dije, soy su hermano. Bueno, llamamos para reportar que ha sufrido un accidente y deben presentarse los familiares para evacuarla de inmediato.
Terrible fue. No sabía que sentir, acá tan lejos y a medianoche. Llamé a toda la familia, a mis hermanos en Huancavelica que estaban más cerca del pueblo donde fue el accidente.
Llamé y llamé hasta que contestaron. Tener que decirles eso, señor... Bueno.
Fueron. Ya la habían evacuado a Huancayo.
Viva la vio mi hermano pero tenía fracturas en las piernas, en la espalda, y tres costillas rotas. Una le perforó el pulmón y murió de taquicardia.
Llamé cada hora hasta que a las once me dijo: se ha ido nuestra hermana, se fue.
Mi esposa se privó, yo no dije nada pero mi hijo sacó su maleta, dobló mi ropa y me dijo anda papá, vete, anda.
Hace una pausa. Yo sigo manejando tragándome el aire como alguien que boquea a punto de ahogarse. No lloramos porque somos hombres y apenas nos conocemos, pero el aire frío llora por nosotros.
Se salvó la hijita, por suerte, me dice.
¿Viajaba con su hijita? pregunto asombrado y me responde que sí, que tiene tres años, que solo se quebró el huesito de la clavícula porque su madre la protegió con su cuerpo y que como es niña se va a reponer todo lo que se rompió, pero el alma… el alma se rompe también.
Sí, le digo, solamente sí.
¿Y sabe qué señor? Es como una cadena. A mi hermana la dejó mi mamá por negligencia médica, de peritonitis se nos fue cuando mi hermanita tenía dos años y medio, y ahora le pasa lo mismo a ella con su niña.
Silencio. 
Mira hacia la esquina y me dice naturalmente acá me bajo, gracias, gracias. No, le digo, no hay de qué, y sigo manejando despacio y en silencio y llego a mi casa y me siento a escribir esto deseando que su dolor se cure, que nadie se accidente, que la vida se explique sola y sin desgracias.Porque escribir también es pedir imposibles.
Recuerdo muchos detalles – que el auto rodó 150 metros, que el pasajero que se salvó subió a pedir auxilio, que el pueblo del accidente se llama Huando, que el cumpleaños de él fue el primero de mayo- pero, qué absurda es el alma cuando se rompe, no puedo acordarme del nombre de su hermana. Solo puedo recordar su historia para despedirla con amor.
Dios la cuide. Dios nos cuide a todos.  

martes, 8 de mayo de 2012

Polirritmo dinámico a Gradín, jugador de foot-ball

A GRADIN, JUGADOR DE FUTBOL


Palpitante y jubiloso
como el grito que se lanza de repente a un aviador,
todo así claro y nervioso,
yo te canto, ¡oh jugador maravilloso!
que hoy has puesto el pecho mío como un trémulo tambor.

Ágil,
fino,
alado,
eléctrico,
repentino,
delicado,
fulminante,
yo te vi en la tarde olímpica jugar.
Mi alma estaba oscura y torpe de un secreto sollozante,
pero cuando rasgó el pito emocionante
y te vi correr...saltar...

Y fue el ¡hurra! Y la explosión de camisetas,
tras el loco volatín de la pelota,
y las oes y las zetas
del primer fugaz encaje
de la aguja de colores de tu cuerpo en el paisaje,
otro nuevo corazón de proa ardiente,
cada vez menos despacio
se me puso a dar mil vueltas en el pecho de repente.

Y te vi, Gradín
bronce vivo de la múltiple actitud,
zigzagueante espadachín
del golkeeper cazador,
de ese pájaro violento
que le silba a la pelota por el viento
y se va, regresa y cruza con su eléctrico temblor.
¡Flecha, víbora, campana, banderola!
¡Gradín, bala azul y verde! ¡Gradín, globo que se va!
Billarista de esa súbita y vibrante carambola
que se rompe en las cabezas y se enfila más allá...

Y discóbolo volante,
pasas uno...
dos...
tres...cuatro...
siete jugadores...

La pelota hierve en ruido seco y sordo de metralla,
se revuelca una epilepsia de colores
y ya estás frente a la valla
con el pecho...el alma...el pie...
y es el tiro que en la tarde azul estalla
como un cálido balazo que se lleva la pelota hasta la red.
¡Palomares! ¡Palomares!
de los clásicos aplausos populares...
¡Gradín, trompo, émbolo, música, bisturí, tirabuzón!
(¡Yo vi tres mujeres de esas con caderas como altares
palpitar estremecidas de emoción!)
¡Gradín! róbale al relámpago de tu cuerpo incandescente,
que hoy me ha roto en mil cometas de una loca elevación,
otra azul velocidad para mi frente
y otra mecha de colores que me vuele el corazón

Tú que cuando vas llevando la pelota
nadie cree que así juegas:
todos creen que patinas,
y en tu baile vas haciendo líneas griegas
que te siguen dando vueltas con sus vagas serpentinas.

¡Pez acróbata que al ímpetu del ataque más violento
se escabulle, arquea, flota
no lo ve nadie un momento,
pero como un submarino sale allá con la pelota...!
Y es entonces cuando suena la tribuna como el mar:
todos grítanle: ¡Gradín! ¡Gradín! ¡Gradín!

Y en el ronco oleaje negro que se quiere desbordar,
saltan pechos, vuelan brazos y hasta el fin
todos se hacen los coheteros
de una salva luminosa de sombreros
que se van hasta la luna a gritarle allá:
¡Gradín!
¡Gradín! ¡Gradín!

Del
 poeta peruano Juan Parra del Riego, 1894-1925.

domingo, 29 de abril de 2012

A poem by Yeats





When you are old and grey and full of sleep,
And nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;


How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true,
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face;


And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how Love fled
And paced upon the mountains overhead
And hid his face amid a crowd of stars.


William Butler Yeats

lunes, 23 de abril de 2012

Un poema de Jacques Prevert


La desesperación está sentada en un banco


En un banco en una plaza 
Hay un hombre que te llama cuando pasas 
Lleva gafas y un viejo traje gris 
Fuma una colilla está sentado 
Y te llama cuando pasas 
O simplemente te hace una seña 
No hay que mirarle 
No hay que escucharle 
Hay que pasar de largo 
Fingir que no le has visto 
Que no se le oye 
Hay que pasar de largo y apurar el paso 
Si lo miras 
Si lo escuchas 
Hace señas y nadie 
Puede evitar que vayas a sentarte a su lado 
Entonces te mira y sonríe 
Y tú sufres atrozmente 
Y el hombre continúa sonriendo 
Y tú sonríes con su misma sonrisa 
Exactamente 
Cuanto más sonríes más sufres 
Atrozmente 
Cuanto más sufres más sonríes 
Irremediablemente 
Y allí te quedas 
Sentado inmovilizado sonriendo en el banco 
Unos niños juegan cerca 
Algunos paseantes pasan 
Tranquilamente 
Algunos pájaros vuelan lejos 
Dejando un árbol 
Por otro 
Y tú te quedas allí 
En el banco 
Y sabes sabes 
Que nunca más jugarás 
Como esos niños 
Sabes que nunca más pasarás 
Tranquilamente 
Como esos paseantes 
Que nunca más volarás 
Dejando un árbol por otro 
Como esos pájaros.

domingo, 25 de marzo de 2012

Carta a un teatrero joven



Mensaje por el Día Mundial del Teatro 2011 escrito por Alonso Alegría, el más destacado autor teatral peruano, a pedido del Centro Peruano del Instituto Internacional del Teatro - ITI UNESCO. Conmovedor y potente, como toda la creación dramática de Alegría.

Carta a un teatrero joven

Me dices que el teatro te gusta y que no puedes ni pensar en dedicarte a otra cosa.  ‘Me di cuenta, por fin, de que podía ser feliz’ me confiesas, tratando de describir ese momento bendito en el que sentiste que tu vida finalmente tomaba un rumbo ilusionado.  ‘Se te ha metido el bichito del Teatro’ te diríamos los que ya sabemos que, a partir de ahora, el Teatro habrá de ser el único arte y la única profesión con las que querrás alimentar tu alma y sostener tu cuerpo toda tu vida.  

La decisión que estás tomando te da miedo.  No eres el primero.  Desde siempre, a todos los teatreros nos ha dado mucho miedo emprender este incierto camino. 

‘Yo amo al Teatro’, me dices, ‘¿pero qué pasa si el Teatro acaba no amándome a mí?  ¿Si sólo me escupe fracasos, si me tiende trampas, si me maltrata día tras día, si no me alimenta siquiera? ¿Sufriré si acaso lo abandono y luego lo extraño mucho pero ya no puedo dar marcha atrás?’ me preguntas.

Pues no tienes por qué sufrir de ausencia.  Cualquier cosa que hagas puede ser parte del Teatro.  El Teatro tiene que ver con todo. 

Tu sueño es vivir tu vida sobre el escenario, o muy cerca de él.  Es posible que lo logres, y quizás para siempre te ganes la vida, o parte de ella, como dramaturgo, actor, director, escenógrafo, iluminador, utilero, telonero, productor, o cualquier otro de los bellos oficios que reciben o escuchan en vivo el aplauso del público terminada la función.  Si el Teatro te permite pagar las cuentas y escuchar aplausos, serás feliz por lo menos cinco noches por semana –y no mucha gente, te lo aseguro, tiene la felicidad garantizada cinco noches por semana.  Pero si tú—

‘¿Y qué me pasa si el teatro me aloca pero no puedo estar ni cerca de un escenario’ –me interrumpes—‘porque tengo que ganarme la vida en otra cosa?’  Pues si llevas el bichito y eres un gran contador, podrás ser feliz contando el dinero de un teatro.  Y si te vuelves el más famoso arquitecto, pues podrás ser feliz diseñando teatros.  Y si terminas de cocinero estrella, serás feliz manejando las cafeterías de los teatros del Mundo.  Si encuentras una mina de oro, crearás una compañía de teatro para que su director te adjudique, de cuando en cuando, un pequeño papel, porque sólo entonces ese bichito te dejará gozar tranquilo de tu nueva fortuna.  Y si la Vida te propina el revolcón contrario y de pronto te encuentras de vendedor ambulante –esas cosas pasan, créeme— pues a la entrada de un teatro venderás los títeres que tú mismo fabriques.  Escucharás, desde lejos, muchos aplausos ajenos, pero igual te harán feliz porque ¿sabes? esos aplausos serán también para ti, por ser un teatrero que vende títeres cerca de un escenario. Y tu suerte cambiará pronto.  Ese bichito que llevamos dentro nos protege y alienta cuando le somos fieles. 

Dedícate al Teatro, entonces.  Sin miedo.  Te gusta, y no tienes más remedio, porque el bichito te ha picado. Más te vale emprender tu carrera teatral.  Acepta ese papel, matricúlate en ese taller, preséntate a ese examen, diles a tus padres y a tu novia que toda tu vida serás teatrero.  Diles que sólo así serás feliz.  Les estarás diciendo la verdad.  Porque una persona con el bichito del Teatro dentro, no puede hacer nada más que Teatro para sentirse verdadera y totalmente feliz. Toda, todita su vida. 


La imagen es de Richard Termine, fotógrafo norteamericano especializado en artes escénicas.

jueves, 22 de marzo de 2012

Para usted, Maestro. Con amor.

“Esos días de colegiala, de contarnos cuentos y comernos las uñas se acabaron. Pero sé que en mi memoria seguirán vivos, para siempre vivos. Ahora… ¿cómo le das las gracias a alguien que te llevó de los lápices de colores al perfume? 
No es fácil, pero voy a intentarlo.
Si usted quisiera el cielo yo escribiría a lo largo del cielo con letras que se eleven a mil pies de altura: Para usted, Maestro. Con amor.
 Sé que llegó el momento de cerrar los libros y darles por última vez una larga mirada.  Y sé también que, mientras me voy, me alejo de mi mejor amigo. Un amigo que me enseñó a distinguir lo bueno de lo malo, lo débil de lo fuerte, y eso ha sido para mí muchísimo aprendizaje. ¿Qué puedo darle a cambio de eso? ¿Qué? 
Si usted quisiera la luna trataría de alcanzársela pero preferiría, mejor que eso, que me permita entregarle mi corazón. 
Para usted, Maestro. Con amor".



A veces, en mis cuadernos, anoto la letra de una canción y me dedico a traducirla por mucho tiempo, como si tuviera que decírsela a alguien hablando con la emoción de la misma canción. y aclaro que las traduzco como a mí me da la gana. Y como ha tocado en esta semana intercambiar agradecimientos y despedidas, publico esta canción de Lulu, To sir with love, de cuando tenía yo siete años. 
Canciones de amor: las amo. Canciones de gratitud: les doy las gracias. 




viernes, 16 de marzo de 2012

La voz del infeliz.


La infelicidad está llena de estrategias y rutinas que, cuando llega la felicidad, la destruyen.
Por ejemplo, los infelices mienten.
Mienten sobre dónde han estado, sobre su origen, sobre sus emociones, sobre quiénes son.
Niegan haber hecho lo que todos saben que hicieron y se atribuyen lo que nunca les pasó.
Los infelices prefieren ser imprecisos para mentir sin hitos ni planos ni referencias. Esconden temas. Invierten datos. Y cuando encuentran alguien que merece su franqueza lo destruyen por espanto, lo arrinconan, lo hacen sentir perdido o tonto o excesivamente severo. Entonces buscan a otros infelices y se reúnen sonrientes todos, para no sentirse solos, para mentirse entre sí.
Los infelices farfullan, enredan, se emborronan.
Solo el verdadero amor los salva, ese ángel de fuego que los descongela y los enfrenta a su auténtico yo, a sus abismos y sus torpes construcciones. Los mira a los ojos y les pide simplemente: no me mientas. Y el infeliz se siente desarmado, confrontado con todo lo que odia de sí mismo, sin coraza, sin palabras, sin control.
Si quiere seguir siendo infeliz huirá del ángel y de su llave liberadora.
Si quiere ser feliz renunciará a la impostura, cerrará la boca que miente con una llave de hierro y abrirá, con la misma llave, la boca del corazón. Y el ángel lo verá llorar y soportará el olor de lo podrido que drenará de ese corazón acorazado de falsedades hasta volver a ser magma, prisma, gota de oro.
Puede que el ángel no soporte la peste. Puede que te deje tan limpio que se quede contigo para siempre. Lo único seguro es que si vuelves a mentir, él volará.
No desaparezcas, ángel de fuego de la doble voz. El centro de mí te necesita.

En la foto, un grupo norteamericano de títeres hace Pinocchio (The Wooden Boy) as Told by Frankenstein's Monster.  

martes, 28 de febrero de 2012

Desayuno de dolor perpetuo



Levanté a todos y les di de desayunar tristeza. La calenté en el microondas. La serví salada y tibia. Se la bebieron y luego la rumiamos en silencio, diciendo frases tontas y tratando de cubrir el sol con un cuento de familia. Éramos cuatro a la mesa pero en verdad éramos solo uno y otro y otro y otro. Hablamos. Torcimos las bocas. Comimos sin salud. Y cuando miramos de nuevo nuestras tazas estaban llenas otra vez, repletas hasta el borde pero aun más saladas. Nos dio risa y después pena y después todo se transformó en rabia y silencio y respiraciones sonoras como el famoso corazón escondido bajo las tablas del comedor. Debí llenarlas de amor pero la caja estaba vacía. Así hay días. Éramos dos niños y dos adultos, pero los adultos eran los niños y viceversa y todo a la vez. Volvimos a beberla. Dejé la mesa sucia. Salimos. Vendrá el tiempo y recogerá las frases muertas, los cubiertos ensangrentados, el silencio amargo, el dolor que se acumula como una capa de polvo que de tan repetida no se ve. Y ojalá se lleve también esas cuatro frutas secas que murieron esta mañana en el centro de mi mesa fría.

lunes, 23 de enero de 2012

Del ensayo de Tolstoi ¿Qué es el arte?


"Se nos ha acostumbrado a no comprender bajo el nombre de arte nada más que aquello que oímos y vemos en teatros, conciertos y exposiciones, o lo que leemos en los poemas y novelas. Pero esto no es más que una mínima parte del arte verdadero por medio del cual trasmitimos a otros nuestra vida interna o recogemos la vida interior de otros. La existencia humana está llena de obras de arte, desde las canciones que se cantan a los niños para dormirlos hasta las ceremonias religiosas y públicas. Todo es arte. Así como la palabra no obra solamente sobre nosotros en los discursos y los libros sino también en las conversaciones familiares, así también el arte, en el amplio sentido de la palabra, impregna nuestra vida eterna, y lo que se llama arte en sentido restringido está lejos de ser el conjunto del arte verdadero. Durante largos siglos, la humanidad sólo se fijó en una fracción de esa enorme y diversa actividad artística: en la porción de obras de arte que tenían por objeto la transmisión del sentimiento religioso. Los hombres negaron importancia a todas las formas de arte que no eran religiosas, a las canciones, bailes, cuentos de hadas, etc. y únicamente por azar los grandes maestros de la humanidad censuraron ciertas manifestaciones de este arte profano, cuando se les antojaban opuestas a las concepciones religiosas de su tiempo.
Así entendieron el arte los sabios antiguos, Sócrates, Platón, Aristóteles, y así los profetas hebreos y los primeros cristianos, así lo entendieron todavía los islamitas, así lo entiende el pueblo en nuestras campiñas rusas. Recuérdese que maestros de la humanidad, Platón por ejemplo, y naciones enteras como los mahometanos y budistas han negado a las artes el derecho de existir.
Sin duda esos hombres y esas naciones tenían culpa condenando a las artes, que era querer suprimir una cosa que no puede suprimirse, uno de los medios de comunicación más indispensables entre los hombres. Su error era, sin embargo, menor que el que cometen ahora los europeos civilizados favoreciendo las artes con tal que produzcan la belleza, es decir, con tal que procuren placer. Antes se temía que entre las diversas obras de arte hubiera algunas que pudiesen corromper a los hombres, y por impedir su acción deletérea se condenaba al arte; pero hoy el temor de privarse de un placer nimio basta para hacernos favorecer todas las artes, a riesgo de admitir algunas extremadamente peligrosas. Error mucho más grosero que el otro y que produce consecuencias mucho más desastrosas".

miércoles, 18 de enero de 2012

Lima, mi Lima, TuLima


"PABLO:
Ahora voy a decirte qué siento por Lima… Ciudad aeropuerto, ciudad bandera, ciudad 7 sabores... De las mejores! Vamos mi Lima!

RAPEANDO O HABLANDO A RITMO:
Lima es una historia en la que todo cabe
Una historia muy rara
Que nadie sabe
Una mezcla de tierra negra y andina
Tierra chola y tierra blanca en todas las esquinas
Tierra bien pisada por gente brava
Que pelea por la vida y no recibe nada
La ciudad coronada
La ciudad de los reyes
De los reyes de la papa y de los mil hoteles
La que huele a pescado
La única ciudad
Construida con cemento y con humedad
La ciudad de varguitas
Que por más que se jode
De aquí nunca te quitas
Porque siempre pones
Ciudad de alzados y recién bajados!

Coro: Con tu panza de burro me sabes cuidar
Estás hecha de cemento y de humedad

Al que busca algo sublime le dan un chocolate
al que busca un ideal le venden una lata
a la gente honrada
la dejan
calata
o la enrejan para siempre en su propia casa
ciudad de mistura rodeada de hambrientos
tirando cintura
así te quiero
porque aquí me desespero
ciudad del mal
se me borra tu nombre y me lo vuelvo a tatuar
como seas Lima
insisto contigo
tú serás mi marca
yo seré tu amigo

Coro: Con tu panza de burro me sabes cuidar
Estás hecha de cemento y de humedad... (bis)



A propósito del día de Lima: este es uno de los mil textos que improvisé en el micrófono del estudio de Lucho Quequezana y luego reescribí para el espectáculo llamado TuLima, que dirigieron en 2011 Rocío Tovar y Vania Masías, con música de Lucho. Creo que este no se usó, no lo recuerdo. A mí me toco nada más hacer las canciones y mi nombre siento que no salió por ningún lado, pero en fin, hay que aprender a negociar y hay que disfrutar lo vivido. Feliz día Lima, amiga de todos y mujer de nadie.
En la foto: Pablo Saldarriaga, Ricardo Velásquez y Andrés Dulude, se lucieron juntos.

miércoles, 4 de enero de 2012

En un año seré feliz.



Ama, amor
mientras yo estoy lejos.
Dentro de mí sostengo tu rostro inigualable
y le doy eternidad.
Creces en mí. No cambias.
Sólo el amor da el rostro de lo eterno.
Besa otras bocas
tan bellas como la mía
mientras estoy lejos.
No dejes que el tiempo
torne de agua tu mirada de animal
y seque tu belleza y ponga puntos blancos
en tu crin dorada y vuelva de paja
tus cabellos como los locos.
Ámame, amor
en otras
mientras estoy lejos.
No sea que se te olvide
el ejercicio de dar.


Texto de Raquel Jodorowsky, destacada poeta que murió en Lima a fines de octubre de 2011. Nació en el 33, se fue en los sesenta a Lima a estudiar Letras pero allí se enamoró de la Arqueología. Empezó escribiendo de niña en la arena del desierto de Atacama y terminó sus días escribiendo a solas, olvidada como todo poeta peruano. Mariposa tallada en fierro, descansa en paz.