Desayunó en el dormitorio mientras se vestía y veía el noticiero. No lo hizo con sus hijos porque se iban antes, apurados, al colegio, y desayunaban con la empleada. Su esposa se quedó dormida. Salió hacia la oficina mientras el gato caminaba entre los restos de la mesa. Escribió un spot publicitario y se lo mostró al cliente, que lo desaprobó con dos frases: esas cosas no pasan en la vida real, y si suceden no da gusto verlas. En el comercial desaprobado el padre desayunaba solitario en el cuarto mientras sus hijos salían corriendo y la mamá se quedaba dormida. Un gato paseaba entre los productos en la toma final.