Tengo que quitarme la costumbre de interesarme en todo. Hacer foco en una idea y no crear mil nuevas hasta que la primera florezca.
No tener mente de chef de restaurante famoso que cocina cien cosas a la vez. Pero leo El Comercio del domingo y enloquezco.
Qué baratas las memorias USB de 8 y 16 GB. Qué interesante la vida de Matthew Lukwiya, el médico jefe del Hospital Saint Mary de Uganda que combatió el ébola hasta morir contagiado. Qué maravilla las rosas que pinta Carmen Reátegui, al menos vistas en foto: habría que ver sus cuadros. Sillón de cuero: 583-1032. O un mueble de un ex trabajador de Canziani: 331-2341.
Boliviamar, espacio abandonado en Ilo ¿anuncia una guerra en Latinoamérica? ¿O lo hace la computadora del líder de las FARC?
Las máquinas de Edipesa. Mi posible libro infantil ilustrado. Los auriculares con bluetooth Motorola. Ejercicios. Una cerveza. Carne de avestruz. Demonios. Todo me importa.
La muestra en la Casa Wiese -Carabaya y Miró Quesada– y los 20 blogs más populares, y la historia del corsario Joris Spilbergen o Spitberg (1568-1620) o la foto de Camilo Sesto que se parece cada día más a Carlos Carlín, o viceversa. O la estatua de Mafalda en San Telmo o el cuadro de Santa Rosa de Francisco Laso. La historia de la hacienda San Agustín –cerca del Callao- contada por Elizabeth Lino Cornejo, The very best of El Alma de Lila Downs, canopy en Santa Teresa, Cusco... Rius en Lima, Proyecto Empleadas en El Galpón y los japoneses, siempre los japoneses, como Augusto Kague -dueño del restaurante Ah gusto del Callao- contando cómo en 1942 apresaron a su padre, lo llevaron con otros a Piura y luego lo despacharon a un campo de concentración en Estados Unidos. Y el Sudoku, y el crucigrama, y Felipe frente a Mafalda, como yo, incapaz de concentrarme.
No tener mente de chef de restaurante famoso que cocina cien cosas a la vez. Pero leo El Comercio del domingo y enloquezco.
Qué baratas las memorias USB de 8 y 16 GB. Qué interesante la vida de Matthew Lukwiya, el médico jefe del Hospital Saint Mary de Uganda que combatió el ébola hasta morir contagiado. Qué maravilla las rosas que pinta Carmen Reátegui, al menos vistas en foto: habría que ver sus cuadros. Sillón de cuero: 583-1032. O un mueble de un ex trabajador de Canziani: 331-2341.
Boliviamar, espacio abandonado en Ilo ¿anuncia una guerra en Latinoamérica? ¿O lo hace la computadora del líder de las FARC?
Las máquinas de Edipesa. Mi posible libro infantil ilustrado. Los auriculares con bluetooth Motorola. Ejercicios. Una cerveza. Carne de avestruz. Demonios. Todo me importa.
La muestra en la Casa Wiese -Carabaya y Miró Quesada– y los 20 blogs más populares, y la historia del corsario Joris Spilbergen o Spitberg (1568-1620) o la foto de Camilo Sesto que se parece cada día más a Carlos Carlín, o viceversa. O la estatua de Mafalda en San Telmo o el cuadro de Santa Rosa de Francisco Laso. La historia de la hacienda San Agustín –cerca del Callao- contada por Elizabeth Lino Cornejo, The very best of El Alma de Lila Downs, canopy en Santa Teresa, Cusco... Rius en Lima, Proyecto Empleadas en El Galpón y los japoneses, siempre los japoneses, como Augusto Kague -dueño del restaurante Ah gusto del Callao- contando cómo en 1942 apresaron a su padre, lo llevaron con otros a Piura y luego lo despacharon a un campo de concentración en Estados Unidos. Y el Sudoku, y el crucigrama, y Felipe frente a Mafalda, como yo, incapaz de concentrarme.
6 comentarios:
eres una mente brillante, demasiado inteligente incluso para ti mismo a veces...cuestion de que ordenes todo en cajoncitos, y los vayas sacando uno por uno, y que no salga el otro hasta que no termines con el primero...pero no dejes nunca de crear nuevas ideas, eso seria un suicidio literario y homicidio intelectual. Entiendes la diferencia?
take a breath :)
mi mente es parecida, pero no me acuerdo de lo anterior que vi, pero todo me interesa y al final no me interesa nada por que no me acuerdo, entonces hago listas para no olvidar y ahí me bandeo...
foco foco y foco no nos queda otra...
mi mente es parecida, pero no me acuerdo de lo anterior que vi, pero todo me interesa y al final no me interesa nada por que no me acuerdo, entonces hago listas para no olvidar y ahí me bandeo...
foco foco y foco no nos queda otra...
leyendo lo que escribes,... ¿cómo podría expresar mejor lo que me pasa, lo que soy? Exactamente eso, así.
Gracias. Tú me comprendes. Por eso a veces después de un largo día de periodista, termino absolutamente incapaz de recordar cómo funciona mi cafetera. No soy la única.
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