Tapaditos de grasa y de descuido corporal, de rollos, de granos, de suciedad, despeinados, mezquinos, abandonados, deteriorados, gordos, huachafos, tristes con rabia, alegres con desconfianza, desordenados, flojos, crédulos, lerdos, inconsecuentes, desmemoriados, indiferentes, irrespetuosos, feos, agresivos, angurrientos, mansos, improvisados, superfluos, suicidas (de tan asesinos) degenerados, amantes de la ignorancia, prejuiciosos, impositivos, irresponsables, torpes, presumidos y lo peor de todo: mentirosos. Mentirosos porque dicen que quieren ser lo contrario de todo esto, lo opuesto de sí mismos, como si pudieran dejar de ser humanos, como si su bajeza fuera una nave en llamas de la que pueden saltar. Pero si alguno lo lograse estaría bendito. Porque cualquiera que se eleve un milímetro sobre estas características, sobre estas taras, sobre estas maldiciones, brillará.
jueves, 21 de enero de 2010
Solamente un milímetro
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