lunes, 19 de febrero de 2007

Fuiste tú


Tú me atacaste primero, sabe Dios por qué. Tal vez te hice ver lo peor de tu alma. Tus ojos perversos, tu rostro siniestro, tu aliento maligno, todo lo tuyo es horrible y por eso me atacaste.
Yo estaba quieto, de pie, mirándote a los ojos. Yo no te maté. Fuiste tú. Por tu culpa están nuestros cuerpos divididos en mil partes. Tú sangrando. Yo enterrado en tu cuerpo, dividido en mil astillas, reflejando -ahora por dentro- tu monstruosidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el sentimiento de culpa es indispensable para el crecimiento de cada sujeto, aquellos que no lo desarrollan posiblemente resulten sujetos "psicópatas".