Rodolfo Walsh fue un dramaturgo, periodista y escritor argentino al que desaparecieron en 1977 luego de publicar esta carta abierta valiente, precisa y feroz. Ahora que la encontré me resultó inevitable compartirla. Lean lo que dice la Wikipedia de él.
Carta abierta de un escritor a la junta militar.
1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi
casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que
murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de
expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y
periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta
Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y
discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que
reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de
marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo
desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo
término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En
esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de
Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo
remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen,
el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el
programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de
los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del
pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan
a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas
e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas
productivtas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante
sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo
los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que
ha conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil
presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda
de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las
principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no
entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto
militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación,
convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura
sin límite y el fusilamiento sin juicio.1
Más de siete mil recursos de hábeas
corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de
casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce
de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo
después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno
secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en
el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez
en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas
de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido
complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en
que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las
víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no
dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en
vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios
junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones
contemporáneas.2
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de
exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado
ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin
original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la
administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta
quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos
han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los
prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en
lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados
combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el
campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian
son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para
burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo
interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y
en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la
bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de
Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la
Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la
explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200
ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las
fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva
abolida en las normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la
política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos
rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros,
opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la
balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que
usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de
guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia
que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla
600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más
encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo
periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre
de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales
tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.3
Más de cien
procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato
oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la
guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva
estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según
la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del
momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del
Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos
Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y
otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga
ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.4
El asesinato de Dardo Cabo,
detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete
prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general
Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos
centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus
estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes
en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de
Gobierno.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas
en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres
que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países,
por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias
fuerzas.5
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de
1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados
hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de
la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal
Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y
fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre
descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de
Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a
los diarios que no la publicaron.6
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires
entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el
Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que
apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de
Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha,
presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor
guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la
Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera
Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el
brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden
no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro
justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el
rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.8
La misma continuidad
histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior
gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar
Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido
asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y
Uruguay.9
La segura participación en esos crímenes del Departamento de
Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la
CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor,
sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de
la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy
sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se
esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados
por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que
reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en
nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el
arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien
desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o
del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después
que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con
monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado
final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que
libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien
y del mal".10
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo
civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo
argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes
incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la
explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de
seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el
salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el
ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que
necesita un obrero para pagar la canasta familiar11, resucitando así formas de
trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos
coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las
puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva,
prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la
desocupación al récord del 9%12 prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos
despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era
industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados
de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos
aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.13
Los resultados de esa
política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de
alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha
desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos
Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con
Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las
parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o
las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes
el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares,
suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos,
profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos
sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos
Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una
villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios
enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas
subtérráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes
sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más
grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro
Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de
gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco
en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han
sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%,
una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual
del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al
9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas
mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras
todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta
disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil
ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones
argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas
plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos
Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un
director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares
a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación
en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina
donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más
rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según
una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o
Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a
la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo
selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las
automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el
ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del
722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la
restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el
credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena
de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los
alimentos deben ser baratos".14
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde
en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el
doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron
su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en
dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés
por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el
"festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el
crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la
Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de
expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los
aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en
la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los
apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio
de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser
nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos
malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla
defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría
pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el
abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si
mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas,
porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo
argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago
causado y la revelación de las atrocidades cometidas.
Estas son las
reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido
hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la
certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo
de dar testimonio en momentos difíciles.
Rodolfo Walsh. - C.I.
2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.
1 Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos
detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino procesados que
dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de
prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y
posterior fusilamiento permanecen intactas.
2 El dirigente peronista
Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto
a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una
sobreviviente: "Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca
cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me
decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se
escuchaba".
3 "Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de
1977.
4 Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la
Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo
son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son
fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis
Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga
informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y
Carlos Sgadurra. Este úItimo había sido castigado al punto de que no se podía
mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también
fusilados en un intento de fuga".
5 En los primeros 15 días de gobierno
militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la
cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que
desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento
global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las
muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600.
Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total:
4.000.
6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia
Clandestina de Noticias.
7 "Programa" dirigido entre julio y diciembre de
1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se
usaron transportes Fokker F-27.
8 El canciller vicealmirante Guzzeti en
reportaje publicado por "La Opinión" el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de
derecha no es tal" sino "un anticuerpo".
9 El general Prats, último
ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre
de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron
acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia,
apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de
Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su
secuestro.
10 Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según "La
Razón" del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es
el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de
febrero de 1977.
11 Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio
de 1976. Después la situación se agravó aún más.
12 Diario
"Clarín".
13 Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan
Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y
Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves
en metalúrgicos y navales.
14 Prensa Libre, 16-12-76.