El director citó a los padres pero la alumna vivía sólo con la madre. Confiaba en que el diálogo lo resolvería todo. La niña había insultado, derribado y golpeado al alumno más grande del salón. Parecía defensa propia pero lo usual era discutir estos temas citando a los papás de los implicados. Los padres del niño esperaban tranquilos, sin saber cómo dialogar con el director. La madre de la niña llegó al fin, entró y -de inmediato- insultó, derribó y golpeó al director.
1 comentario:
Tal vez no entendamos jamás a la gente, pero si lo suficiente para evitar que entremos en el mismo circulo vicioso de atacar y luego preguntar.
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